Frases Cébres XXXIX A mediados de los años 80 una señorita de L'arna hablaba con tres tristes tigres que no tenían nada mejor que hacer que fumar a escondidas en la terraza del escenario del Castañalón. Se departía de cosas sin importancia y tan insensatas como la mente de algunos de los contertulios que allí mataban el tiempo entre calada y calada. En un momento determinado la conversación lleva a la fémina a compartir con los otros tres tertulianos que su novio por aquel entonces tenía nueve hermanos... Aquello fue el estímulo necesario para que la mente más despierta de las tres masculinas de aquella reunión, la de L de C, ordenase soltar: - ¡¡Hostia!! ¡¡Maruxa fartouse a joder...!! |